La jerezana Alba Espert, ganadora del XVI certamen de jóvenes flamencos de la Diputación de Córdoba, asegura que tocar "es una necesidad"
No es de Santiago ni de San Miguel, sino de Puertas del Sur. Su vocación no le viene de familia, pero con sólo ocho años le pidió a su padre una guitarra flamenca. Luego empezó su formación en la escuela municipal y de ahí a la academia de El Carbonero y Balao.
El pasado 8 de junio se adjudicó el XVI certamen de jóvenes flamencos de la Diputación de Córdoba, en cuya capital estudia su verdadera pasión.
Aun así, se hace extraño aún ver una mujer acompañando a la guitarra. "Entre los propios compañeros, sin querer a veces, sale algún comentario", reconoce.
En la capital del Califato pertenece a la Asociación Paco Peña, y habitualmente toca en sus recitales. Su formación le permitirá dedicarse a la enseñanza, pero sentencia que "lo que me gusta es el escenario, el contacto con el público que me impone tanto respeto, porque soy muy tímida".