Estilo flamenco con compás de amalgama, es decir, mezcla de 3x4 y 6x8, particularidad que ha traído de cabeza a los musicólogos.
La seguiriya (también escrita sigueriya, siguiriya, seguirilla) toma su nombre de la seguidilla castellana, con la que está emparentada, al menos, literariamente. Se tiene por la "quintaesencia" del cante jondo, por su solemnidad, por el minimalismo de sus letras, por su profundo quejío.
Sevilla y Cádiz son las patrias de este palo, con Triana, Jerez y Los Puertos como pilares.
Y Manuel Molina, Paco la Luz, El Loco Mateo, El Fillo, Curro Durce, El Marrurro, Enrique el Mellizo, Silverio Franconetti y Antonio Chacón son algunos de sus históricos hacedores.
Entroncada con la seguiriya está la cabal, una copla con la que se termina una serie de seguiriyas y que se canta con un cambio de armonía (de modal a tono mayor).
De la misma familia y con idéntico compás son el martinete (de fragua), la debla (según modelo fijado por Tomás Pavón), las tonás (provenientes de romances y bautizadas con la palabra central de la copla: "del cerrojo", "del cristo"...) y las carceleras (temática de prisiones), con la diferencia de que estos cantes son "a capella", sin acompañamiento musical.
También son familia de la seguiriya la liviana y la serrana, de temática pastoril, supuestamente, cantes folclóricos que se aflamencaron y que tienen una melodía fija, de tercios prolongados.
El baile por seguiriyas, al igual que el cante, es íntimo, sobrio, solemne, austero; y uno de los estilos imprescindibles en el repertorio de los bailaores profesionales. La originaria seguidilla gitana era bailable, según Machado álvarez, aunque se atribuyó a Vicente Escudero la creación de la seguiriya como baile.
Aunque hay artistas que apuestan por el clasicismo en este "palo" como Manuela Carrasco o María del Mar Moreno, otros como Antonio Canales innovan aprovechando su estructura, acelerada de compás hasta el extremo, para introducir pasajes percusivos de gran vigor y efecto.
Martinete
Cante que se ejecuta sin acompañamiento musical enmarcado en la familia de las tonás. Está relacionado con el oficio de la fragua y, de hecho, suele marcarse el compás golpeando el yunque con un martillo. De ahí su nombre. Las fraguas gitanas del triángulo Sevilla-Jerez-Cádiz fueron centros de transmisión de los antiguos cantes. En una herrería de Morón de la Frontera fue donde de niño Silverio Franconetti aprendió y se inició en el flamenco.
La interpretación de este estilo requiere potencia y facultades, extrema sobriedad. El compás es el mismo de la seguiriya, amalgama de 3x4 y 6x8.
No es un cante habitual en la discografía del flamenco, aunque hay activos "martineteros" como Agujetas, que en su juventud trabajó en la fragua familiar en Jerez. Ninguno de sus discos obvia este cante: "En la soleá", "24 quilates", "Agujetas cantaor"... También otros cantaores como Chocolate suelen cantar y grabar martinetes, como también lo hizo el cantaor gaditano Santiago Donday en su única grabación "Morrongo" y años antes artistas como Juan Talega.
Publicado en www.flamenco-world.com