VI Festival Jovenes Flamencos "Villa de Benamejí"
Benamejí (11/08/2022)


  • La juventud se pone flamenca

    La tierra de Salvaorillo de Jerez y que acogió al Niño de Cabra, apuesta por los jóvenes

    Jóvenes Flamencos

    • Espectáculo: VI Festival de Jóvenes Flamencos Villa de Benamejí
    • Al cante: Alfonso León con Toto Escavias (percusión), José Muñoz alias El Toto y Miriam Montes
    • Al toque: Ángel Mata, Juanjo León y Niño Seve
    • Al baile: Lorena Doblas alias La Rubia, con Amparo Ramos (cante), Alba Espert (guitarra), Carmen Ureña y Andrés Jiménez (palmas), y Manuel Montilla (percusión)
    • Lugar y fecha: Plaza de la Constitución, de Benamejí. 11 de agosto de 2022



    Dentro del escenario comunicacional, es público y notorio el papel que EL MUNDO edición Andalucía viene desempeñando a favor de la juventud flamenca, tanto en su versión diaria impresa como en el periodismo digital, donde estimulamos su estabilidad como garantía de futuro, al par de avanzar en la delimitación de sus formas propias de expresión desde el conocimiento para que sus rostros nunca den señales de vejez.

    También lo jondo tiene su propia territorialidad, desconocida a veces por los próceres de la literatura flamenca, tal que la Villa de Benamejí, cuyo festival de jóvenes ha venido a coincidir con el noventa aniversario de 'La Duquesa de Benamejí', de los hermanos Machado, que, estrenada en 1932, muta a los vecinos de la localidad en actores improvisados y convierten esta obra teatral en tres actos y en verso, en algo más que la historia de amor y celos entre la duquesa y el bandolero, en todo un hecho de enorme dimensión social cultural que marca el carácter identitario de la villa.

    Y de aquella relación con el bandolerismo del siglo XIX, surgió la Partía Flamenca, el festival que el próximo 10 de septiembre celebrará la 42 edición bajo el patrocinio del Ayuntamiento que preside Carmen Lara Estepa y la organización en manos de la Peña Flamenca Cayetano Muriel, que toma el nombre de quien vivió en la calle Juan José Espejo desde que contrajo matrimonio con Pilar Toledo García, el célebre Niño de Cabra, uno de los maestros más importantes del territorio cordobés y fallecido en la casa donde vivió hace 75 años.

    Pero hay más. En 2022 será el 90 cumpleaños del ex alcalde y flamencólogo Pepe Arias, que coincide con los tres meses de la muerte del crítico Francisco Moyano, dos benamejicenses unidos por la enseñanza y por la divulgación del flamenco, aparte de que en la calle Antequera de esta bendita tierra vio la luz el año 1844 uno de los cantaores gloriosos del siglo XIX, Salvaorillo de Jerez, maestro de don Antonio Chacón y padre de Salvaorillo Hijo, mentor de Antonio Mairena, el primer Hijo Predilecto de Andalucía.

    Con estos antecedentes se explica, pues, este festival de jóvenes, una experiencia vital para quienes quieren vivir la tradición escénica y apostar por su futuro en un ámbito cantaor donde las vivencias personales serán determinantes. Todos ellos, supervisados por las guitarras de Ángel Mata, Juanjo León y el impactante Niño Seve, que no sólo resolvieron con brillantez los pasajes más cadenciosamente incisivos, sino que además aportaron vivacidad rítmica a las exigencias del pentagrama.

    Principió la faceta cantaora el legatario de los duendes del Campo de la Verdad cordobés, José Muñoz, El Toto Hijo, que siente devoción por la tradición, con preferencia a la malagueña, para luego mostrarse muy confiado en la soleá y aunque no le resultó fácil sobreponerse a la complejidad de la bulería, en los que le notamos huidizo y nervioso, se superó a la hora de atajar la rítmica de las alegrías.

    Con una interesante revisión de la malagueña se presentó Miriam Montes, con ganas de agradar en la zambra con tangos pero revelando inseguridad en el poderío de su treno, para a continuación zambullirse en las tonalidades altas de la seguiriya, ya tan forzada que lo pagó con expresión cansada en la bulería, en la que procuró una intensa vivacidad sin abandonar un retórico manejo de los contrastes dinámicos.

    De otra parte, a Alfonso León le vimos muy acelerado en la caña y las alegrías, con entrega inusitada sin duda, al igual que sus compañeros, y propendiendo más tarde a exponer sus credenciales desde las bulerías y los fandangos, donde se gustó en la majestuosa bravura de la variante valiente de Alosno.

    Y al cierre, la resignificación de los sentidos de Laura Doblas, La Rubia, bailaora de espíritu combativo dada su juventud pero que abordó con elegancia y exquisitez dialogada con el atrás -enhorabuena a Alba y Amparo- por alegrías, encontrando en el vuelo del mantón la adaptación más sugestiva al estilo y en el vuelo de la bata de cola la máxima hondura.

    En dos horas y cuarto, con un sonido extraordinario y una perfecta y cabal organización, territorio y juventud evidenciaron, pues, la importancia de los contextos y de los sentidos, de la volubilidad de la expresión cantaora y dancística en una juventud ansiosa de invocar la magia del directo para que así la música pueda seguir viva.

    Y la plataforma para sus inquietudes se las ha dado "ese olor a Benamejí y sembradura" con que la mirara Francisco Umbral en EL MUNDO, villa generadora de remoquetes flamencos, como el del cantaor sirio de los años sesenta del pasado siglo que se apodó Suren de Benamejí, y que a través de este festival ofrece la ocasión de un nombre artístico en la tarjeta de visita, el de la villa que le dio la oportunidad de que seduzca, llame la atención y brinde un aporte personal. Y si además es único e inimitable, miel sobre hojuelas.